Fiestas patronales

Te cuento un poco…

Las fiestas patronales se realizan en Suardi en honor a la patrona Santa Catalina de Siena, todos los 30 de abril. Shows musicales, elección de “Miss Suardi”, y Feria de Artesanos, son números infaltables de una gran fiesta local.

Santa Catalina nació en 1347 en Siena, hija de padres virtuosos y piadosos. Ella fue favorecida por Dios con gracias extraordinarias desde una corta edad, y tenía un gran amor hacia la oración y hacia las cosas de Dios. A los siete años, consagró su virginidad a Dios a través de un voto privado. A los doce años, la madre y la hermana de Santa Catalina intentaron persuadirla para llegar al matrimonio, y así comenzaron a alentarla a prestar más atención a su apariencia. Para complacerlos, ella se vestía de gala y se engalanaba con joyas que se estilaban en esa época. Al poco tiempo, Santa Catalina se arrepintió de esta vanidad. Su familia consideró la soledad inapropiada para la vida matrimonial, y así comenzaron a frustrar sus devociones, privándola de su pequeña cámara o celda en la cual pasaba gran parte de su tiempo en soledad y oración. Ellos le dieron varios trabajos duros para distraerla. Santa Catalina sobrellevó todo esto con dulzura y paciencia. El Señor le enseñó a lograr otro tipo de soledad en su corazón, donde, entre todas sus ocupaciones, se consideraba siempre a solas con Dios, y donde no podía entrar ninguna tribulación.

Más adelante, su padre aprobó finalmente su devoción y todos sus deseos piadosos. A los quince años de edad, asistía generosamente a los pobres, servía a los enfermos y daba consuelo a los afligidos y prisioneros. Ella prosiguió el camino de la humildad, la obediencia y la negación de su propia voluntad. En medio de sus sufrimientos, su constante plegaria era que dichos sufrimientos podían servir para la expiación de sus faltas y la purificación de su corazón.

ORACIÓN A SANTA CATALINA DE SIENA

Señor Dios tú has mostrado a santa Catalina

el amor infinito hacia todos los hombres,

hechura de tus manos, que arde en tu corazón.

Ella compartió generosamente esta revelación

y la vivió en todas sus consecuencias hasta el heroísmo.

Concédenos que podamos seguir su ejemplo,

confiando en tus promesas y aumentando nuestra fe en tu presencia

en cada sacramento, especialmente en el sacramento de tu perdón.

Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo

y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.